recuerdo haber tomado esta foto pensando en el momento que llegaríamos al final, a la tormenta.
entonces miraba atrás
la tormenta al principio del camino
al llegar
ni el principio ni el final
no atrás no adelante
también
camino
de otros.
A la derecha un hogar
a la izquierda
pastan
animales
a la vera del camino
salir de la carretera
tomar pampa abierta
heridas las arrugas
por los cuchillos
del viento frío
arrugas profundas
cortes taquicárdicos
Fosilizados los pies
marcan el sendero
perenne
solitario
único
del caminar soslayado
entre arbustos
de largas uñas
¡sangre!
ha de ser el alimento
de las espinas
en ofrenda
a la vida
siempre
ella
dando vida por vida
sobreviviendo
caníbal.
Inmensidad del horizonte infinito
espejismo fatal
las nubes y sus truenos
tambores
marcapasos
en la pampa
de truenos multintersectados
no hay atrás ni delante
izquierda derecha
rueda de la fortuna
imagen corazón.
Camino pavimentado
atrás delante
el dibujo del hombre
penetra.
Brújula de cemento
recostada
vena citadina
células motrices
circuitos mesiánicos.
Aquella tarde como chicle la carretera se estiraba
con los ojos infinitos orientales
esperaba la llegada al final,
donde la tormenta me dejara sentir el estruendo de lo natural, activándome
neurona primigenea
estática en el aire
carne de gallina
y la sensación de estar en otro lugar estando allí mismo
más real.
La tormenta
aquel deseo oculto
viajaba al igual que yo
nunca la alcanzamos
el pavimento elástico
la velocidad atronante
el tiempo detenido
nunca llegamos
nunca empezamos
allí
quietos
en la velocidad.
¿Principio? ¿Fin?
¿Atrás? ¿Adelante?
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Hace 2 años
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